in General

El rechazo es la norma

Todos deberían trabajar en ventas por lo menos un tiempo. Seas quien seas. Sin importar cuál es tu aspiración en la vida. 

Trabajé un año vendiendo cursos de idiomas. Fue mi primer “verdadero” empleo. Mi día a día consistía en llamar a personas que habían dejado su número en nuestra base de datos—la mayoría ni sabían cómo habían terminado allí.  

Estaba el recién despertado, el rudo, el que te trata como si hubieses insultado a su madre, la que te llena de ilusiones para luego no contestar más nunca, el que te pide 15 cotizaciones y desaparece. En fin, todo ese folclore conocido a cualquiera que haya trabajado en ventas.  

No me gustaba ese trabajo. Pero me alegro que lo hice. Ya que me enseñó una gran lección.   

No importa que tan buen vendedor seas, lo más probable es que la mayoría de las personas te digan que no–si es que no te tiran el teléfono.   

Y esto aplica para todo en la vida.  

Un excelente vendedor solo cierra el 10-15% de las ventas. En la carrera de los 100 metros de las olimpiadas hay 70 participantes que aspiran a la medalla de oro. Solo hay un ganador (los chances de ganar son de 1.43%). Inclusive los autores que más copias han vendido han tenido múltiples rechazos. J.K Rowling fue rechazada 12 veces antes de publicar Harry Potter. Stephen King, uno de los autores más leídos de los últimos años, 30 veces. 

Pero todo tiene su lado bueno.   

Todavía recuerdo mi primera venta en ese empleo. Ese “si” de mi primer cliente fue glorioso…Y todos los que vinieron después. Tanto en las ventas como en lo personal. ¿Y los múltiples nos que me dieron? No me acuerdo de ninguno.   

Porque él “no” es la norma. Y uno rara vez se acuerda de la norma. Una vez que te des cuenta que el rechazo es la norma más nunca le vas a tener miedo a un “no”. Claro, el “si” de mi primera venta fue maravilloso, pero para obtenerlo tuve que pasar por muchos no primero.  

Porque todas las oportunidades se encuentran después del umbral del rechazo. Allí es donde se obtienen las mejores victorias. Después de esa temible barrera del “no”. Ese miedo artificial que nos colocamos por razones que realmente no podemos explicar. El enemigo es el miedo al rechazo, no el rechazo. Es más, si te esperas un “no”, no te va a afectar cuando lo recibas.  

El explorador Ernest Shackleton trató de cruzar la Antártida en 1914. Pero el Polo Sur, no muy tolerante a los visitantes, lo rechazó a él y a su equipo de 28 exploradores y 69 perros. Su barco fue destrozado entre los islotes de hielo. Lo que siguió fue una de las historias de sobrevivencia más espectaculares jamás contadas. 

El equipo de Shackleton estuvo a la intemperie en los mares de la Antártida durante casi dos años. Finalmente fueron rescatados por un capitán chileno. Ellos no sobrevivieron porque pensaron “positivo”. Sobrevivieron porque pensaron en lo peor. Teniendo un inventario de “peores escenarios” y cómo responder a ellos; tormentas, hambre, focas asesinas, y los islotes de hielo rompiéndose.  

Así mismo es cuando pides algo. Tienes que agregar todos esos “no” al inventario. Si piensas que lo más probable es que te digan que no (pero siempre con esperanza de obtener un sí) no vas a tomar al rechazo como algo personal. 

Un sí puede ser el inicio de algo bonito. Una relación, un negocio, una amistad, una aventura, y cualquiera de las otras muchas cosas que hacen que la vida valga la pena. Pero si no estás dispuesto a escuchar los “no”, nunca vas a obtener los “sí”. No podemos controlar como los demás responden a nuestras propuestas. Sin embargo, si está en nuestro control intentar, buscar, crear oportunidades. Piénsalo. Todo lo que has logrado es relativo a las veces que te atreviste a aceptar un no como respuesta.  

Por eso. Aunque la vida nos regale más “nos”.  Debemos mandar esa propuesta, invitar a salir a esa chica (o chico), intentar eso que hemos querido hacer por mucho tiempo. Poner a prueba nuestra idea más loca. Tomar acción. Pedir lo que queremos. Porque nunca vas a saber cuándo vas a obtener un sí, y esos son los que valen la pena.   

Así que pide. No sabes cuándo vendrá el próximo sí. ¡Y cuanto menos te lo esperes más lo vas a disfrutar! 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

 

  

 

  

 

 

 

 

 

 

 

 

0 0 votes
Article Rating

Write a Comment

Comment

Subscribe
Notify of
guest
0 Comments
Inline Feedbacks
View all comments